Conscientes de la multiplicidad de factores a los que la investigación educativa contemporánea se encuentra expuesta, y de la existencia de problemas éticos específicos emergentes a raíz de los nuevos modos de producción de conocimiento, el presente artículo busca, desde la revisión de los principales códigos de ética existentes, comenzar a proponer medidas de protección frente a los comportamientos no éticos.
Se presenta la formación de construcción del sentido ético (sensemaking) para la toma de decisiones en la investigación como una alternativa interesante, ya que permitiría adelantarnos a errores y faltas éticas eventuales, desarrollando de este modo prácticas de investigación éticas. Esto último se presenta como una obligación tanto hacia nuestra labor investigativa, como hacia nuestros participantes, hacia nuestra profesión y la educación en su conjunto.