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.Presentación
 
       
       
   
Reflexiones Generales a Considerar en el Diseño y Puesta en Operación
de Programas de Evaluación de la Docencia
 
       
    Mario Rueda Beltrán  
       
   

El presente documento recoge las principales ideas, producto de los intercambios entre los miembros de la Red Iberoamericana de Investigadores de la Evaluación de la Docencia (riied), en el marco del i Coloquio Iberoamericano La evaluación de la docencia universitaria y no universitaria: retos y perspectivas. Evento que se realizó en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, del 9 al 11 de noviembre de 2009; bajo los auspicios de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

La evaluación de la docencia es un tema vigente en la agenda educativa, tanto por el papel fundamental que puede desempeñar en la mejora de las instituciones, como por ser objeto de las políticas institucionales y nacionales de evaluación. Como tema de investigación ha cobrado mayor importancia en las últimas décadas y ha dado lugar a la generación y el rápido aumento de literatura especializada, a la aparición de diversos enfoques y propuestas novedosas.

Las ideas que se desarrollan a continuación fueron el resultado de los intercambios de cuatro grupos de trabajo en los que se integraron los miembros de la riied y que corresponden a los ejes del i Coloquio: a) problematización de la docencia: prácticas, profesionalización e identidad; b) política de la evaluación de la docencia en el contexto internacional; c) investigación y análisis sobre la evaluación de la docencia en Iberoamérica; y d) la evaluación de la docencia como recurso para mejorar la práctica.

El presente trabajo pretende continuar con el diálogo de la riied, iniciado con la comunidad interesada en el tema de la evaluación de la docencia a través de un primer documento,{1} en donde se expresan las reflexiones más generales a considerar en el diseño y puesta en operación de programas de evaluación sobre este importante tópico. Las dimensiones a las que ahora se hace referencia corresponden a las mismas empleadas en el referido primer documento de la riied.

Dimensión política de la evaluación

  • Como práctica social, se reafirma que la evaluación de la docencia conlleva implicaciones de carácter público y privado con repercusiones para la sociedad, las instituciones y los actores.
  • La evaluación de la docencia debería ser asumida desde las instituciones como una propuesta política para enriquecer el proceso de mejora de la calidad de la formación. Sin embargo, no hay suficientes políticas institucionales para lograr una evaluación orientada al mejoramiento y la formación, sino que predomina su asociación en la perspectiva de control.
  • En las instituciones deberían coexistir evaluaciones con fines de control y evaluación para la formación, evitando caer en un proceso sólo con propósitos de control de los docentes, y promoviendo una evaluación participativa vinculada con la formación.
  • Las funciones de la evaluación en cuanto el control y la evaluación (propiamente dicha) y los usos derivados de cada una, pueden contribuir a identificar los aspectos relativos al control administrativo. Es necesario que existan mecanismos de control mínimo para dar cuenta de la responsabilidad social y la calidad del quehacer docente.
  • Hay un claro abuso de la evaluación ubicada en los focos de control y relacionada con estímulos económicos. En este sentido se alerta sobre prácticas evaluativas que “parecen o se presentan” como de mejoramiento pero su fin es otro. De hecho, se observa una proliferación de prácticas de evaluación “encubiertas” relacionadas con políticas de incentivos salariales.
  • No sólo se debe responsabilizar de los excesos de control a los gobiernos, sino también a las manipulaciones internas de los directivos de las instituciones.
  • La evaluación es un espacio de poder en tanto se concibe como una actividad donde se ponen en juego intereses de diferente orden y mediante la cual se utiliza y genera información. Esta última puede dar lugar a prácticas que concentren el poder o que lo distribuyan entre los participantes. Por lo anterior, se deben formular y responder a diferentes interrogantes tales como: ¿a dónde va la información generada?, ¿cómo se genera la información?, ¿quién la utiliza?, ¿con qué propósito(s)?

Dimensión teórica

  • Si se considera que la evaluación de la docencia es una práctica social, es importante analizar la complejidad intrínseca del proceso evaluativo.
  • Desde las instituciones y los gobiernos, se debería definir claramente qué es ser un buen docente. Una vez delimitada la postura, sería necesario analizar qué aspectos predominan en esa definición; es decir, identificar la formación disciplinar o la pedagógica, así como lo que se espera del profesorado en su quehacer cotidiano. En función de las respuestas, se deberían diseñar las políticas, los programas e instrumentos de evaluación.

Dimensión metodológica-procedimental

  • En el diseño de las políticas de evaluación, los programas y los instrumentos empleados se debe mantener una postura crítica; es decir, desarrollar análisis sobre la especificación de sus finalidades –ya sean implícitas, explícitas o encubiertas–, la naturaleza de los instrumentos empleados, y sobre el uso de los resultados que de ellos se deriven.
  • Un riesgo acerca de la evaluación de los docentes por los estudiantes es que el resultado de la misma sea positivo para aquellos profesores menos exigentes y/o con asignaturas que “les gustan” ya que, por lo general, en los cuestionarios no se recoge el impacto del comportamiento docente en cuanto su aporte a la formación del estudiante.

Dimensión de uso

  • El solo uso de las encuestas de los estudiantes no parece condición suficiente para contribuir a una evaluación para el mejoramiento docente, es necesario, por lo menos, garantizar una retroalimentación a partir de los resultados obtenidos.
  • La formación de docentes, entendida como perfeccionamiento constante, debería tener un componente evaluativo que permita identificar su impacto en la práctica docente propiamente dicha, y una vinculación real.
  • Es necesario promover un diálogo entre los resultados de la evaluación de la docencia y las políticas de formación docente.
  • Es importante reforzar la investigación y orientación de la evaluación docente hacia el mejoramiento de la enseñanza, hacia mayores niveles de aprendizaje y de inclusión educativa, sosteniendo una actitud abierta frente a los cambios.
  • Debe considerarse que en cada institución hay docentes con condiciones laborales y responsabilidades diferentes, lo que llevaría a elaborar diversos instrumentos de evaluación, complementarios entre sí, que den cuenta de las distintas actividades que realizan y las situaciones socio-laborales en las que desarrollan su trabajo.

Dimensión de evaluación de la evaluación (metaevaluación)

  • Se propone pensar en una “agenda evaluativa” que privilegie el mejoramiento de la docencia por sobre otros propósitos.
  • Es importante concebir a la evaluación como una actividad profesional que requiere una formación especializada y condiciones institucionales para su desarrollo.

Dimensión ética

Aunque la dimensión ética ya estaba considerada en el primer documento de la riied, se ha propuesto explicitar esta dimensión para atender temas que se relacionan directamente con las buenas prácticas, los valores, las actitudes, los posicionamientos teórico-ideológicos, entre otras cuestiones.

  • La confianza entre los diferentes actores es un factor esencial en el proceso de evaluación, por lo tanto, todos los participantes deben contribuir a su instauración y fortalecimiento.
  • Las evaluaciones necesitan propósitos y criterios consensuados y públicamente conocidos.
  • Uno de los desafíos de las instituciones es que, de manera transparente, se involucre a todos los actores en la evaluación para el mejoramiento.
  • ¿Cómo se debe pensar la evaluación institucional –y de la docencia– sin que se presente en los docentes la sospecha de ser juzgados?
  • Se debe fomentar una actitud investigadora sobre la evaluación de la docencia, sistematizando el conocimiento producido y disponerlo pública y cooperativamente.

Hasta este punto, se han reproducido aquellas cuestiones comunes producto del intercambio realizado. Sin embargo, dado que en el trabajo colectivo se ha puesto énfasis en la conceptualización del eje ¿qué se entiende por evaluación de la docencia para la mejora y cuáles son las principales estrategias de abordaje?, se considera significativo compartir algunas ideas:

  • El concepto de evaluación de la docencia para la mejora, amerita el análisis de la trayectoria de la formación docente y sus diversas tendencias, donde la cátedra ha mantenido su hegemonía.
  • Se reconoce la presencia mundial del enfoque por competencias y se advierte que habrá repercusiones en los procesos de formación docente; perspectiva que ha dado lugar a una amplia discusión aún no resuelta y mucho menos claridad para orientar la formación de los futuros docentes en competencias.

En estas circunstancias, en las instituciones escolares en donde ya se ha adoptado este enfoque, se recomienda partir del perfil del profesor para la definición de competencias que, a su vez, servirá de base para la evaluación de las prácticas. Existen experiencias que han incursionado en el proceso de formación por competencias a partir del rediseño curricular, donde se incorpora esta perspectiva como estrategia para introducir cambios en el aula y, por lo tanto, en los procesos de evaluación.

  • Lo afectivo es un aspecto que comienza a ser parte del proceso evaluativo, considerando como parte de él la relación que se establece con los alumnos, la cercanía o proximidad de la figura docente, la motivación del docente para serlo e incluso el clima que se genera en el aula. Sin desconocer la importancia de estos aspectos habría que poner especial atención al incorporarlos a la evaluación ya que se ponen en juego las características personales del docente.
  • Una interrogante que subyace a las principales estrategias de abordaje de la evaluación de la docencia es quién evalúa, el papel de las agencias, los tiempos de la evaluación y el empleo de la información.
  • En los procesos de evaluación escolar en el ámbito internacional, se carece de estrategias para evaluar situaciones complejas y lamentablemente la información que se integra, en la mayoría de las ocasiones, se emplea sólo para el control; en este sentido, a continuación se presenta una serie de experiencias que dan pie a identificar nuevas estrategias que pueden ser útiles en el proceso de evaluación formativa de la práctica docente futura.
  • El uso del portafolio representa un instrumento para la reflexión y evaluación de las competencias, mas es importante considerar que aún se observan dificultades para su interpretación, dada la complejidad de establecer parámetros que determinen su objetividad, esto considerando el peso que representa la evaluación como norma.
  • Concientizar a los docentes sobre las competencias que poseen para enfrentar sus prácticas; de manera que cada uno, a través de la reflexión y del auto-análisis, reconozca con qué tipo de fortalezas y debilidades cuenta para mejorar o bien plantear un modelo diferente que en teoría describa un “modelo ideal de docencia”. Es decir, que el proceso se oriente hacia la mejora e implique la reflexión sobre su orientación y perspectiva de perfeccionamiento continuo. Por ello, es necesario identificar las competencias de la práctica real y tener como referente al modelo –no a partir del “deber ser”– para replantear la formación docente.
  • Otra alternativa consiste en enfrentar a un grupo de docentes a diferentes problemas orientados a mejorar sus prácticas. Lo anterior con la finalidad de integrar una colección de prácticas y compartir las estrategias sobre cómo se desempeñan en una determinada situación. Partir del colectivo de profesores que compartan las experiencias y puedan aportar para la colección de casos de buenas prácticas, contribuyendo así con insumos para la reflexión sobre los problemas de la docencia.
  • Finalmente, el aprendizaje en servicio hace referencia a la oportunidad que tienen los estudiantes para poner en práctica sus conocimientos, abordando y resolviendo problemas de la comunidad; frente a la necesidad de solucionarlos, se elaboran distintas propuestas trabajando en proyectos donde se integra el trabajo intercátedra e interinstitucional, a veces con distintas organizaciones de la sociedad civil. Se observa que este tipo de estrategia requiere tener un parámetro de la mejora con el propósito de indicar el impacto que, a largo plazo, pueden tener las estrategias en la vida de los estudiantes: “volverse mejor persona”. Éstos son los “mínimos” a partir de los cuales se hace referencia a la práctica.

Sin duda, cuando se plantean estrategias de evaluación de las prácticas docentes, es menester dar cuenta de la preocupación y compromiso que desde la propia práctica se tiene sobre temas de actualidad como la violencia, el maltrato, el abuso, entre otros conflictos por los que atraviesan alumnos y los mismos docentes. Una reflexión sobre los instrumentos de evaluación debería considerar si los mismos son capaces o no de detectar esas situaciones.

Es importante reflexionar sobre la figura del propio docente, cuya identidad como sujeto sometido a múltiples tareas y estrés, sufre un importante desgaste. Si no hay comunicación, hay desequilibrio de los docentes. Por eso es importante la reflexión sobre quién soy, qué sé, qué hago, qué quiero y qué debo hacer; reflexiones necesarias para la mejora. Partiendo de la identidad del docente, pudo mejorar en términos del saber, de que conozca más lo que sabe, de lo que hace y que sea cada vez mejor docente siendo consciente de qué es lo que quiere (Stake, 2009).

Finalmente, la riied concluyó su primer Coloquio anotando algunos temas que a manera de agenda de investigación podrían estrechar de mejor manera los lazos de cooperación entre sus propios miembros y los académicos interesados en contribuir al desarrollo de este tema.

Sugerencias sobre temas de investigación sobre la evaluación de la docencia.

  • Uso de los resultados de la evaluación de la docencia
  • Impacto de la evaluación de la docencia
  • Investigaciones comparadas entre países iberoamericanos
  • Metodologías de investigación de la evaluación de la docencia
  • Estructuras de formación docente en diversos países y su vinculación con la evaluación docente.
  • Evaluación de la docencia con propósito de acreditación /certificación
  • La evaluación de competencias como alternativa de mejoramiento
  • Evaluación formativa y su legitimación

_______________________________________
Isabel Arbesú, Alejandro Canales, Mónica Celis, Cristian Centeno, Carmen Rosa Coloma, Gloria Contreras, Sandra Conzuelo, Natalia Coppola, Graciela Cordero, Diana Patricia Díaz, Norberto Fernández, María De la Ferrier, Benilde García-Cabrero, Isabel Guzmán, Yolanda Leyva, Marilina Lipsman, Edit Litwin, Javier Loredo, Edna Luna, Pedro Marín, Rigoberto Marín, Sonia Osses, Roberto Oscar Páez, Carmen Palou, Ma. Del Carmen Parrino, Cristian Pérez, José Gregorio Rodríguez, Ileana Rojas, Mario Rueda, José Salazar, Robert Stake, Maria Rosa Tapia, Alma Delia Torquemada, Mario Uribe.

 

{1} riied (2008). “Reflexiones sobre el diseño y puesta en marcha de programas de evaluación docente”. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, volumen 1, número 3 (e). Disponible en: http://www.rinace.net/riee/numeros/vol1-num3_e/reflexiones.pdf

 

 

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